En el siglo XVII, en Holanda, se decidió la República como forma de gobierno. Los regentes del país bajo concebían el Estado como la “verdadera libertad” y como el resultado de un liderazgo colectivo. Johan de Witt, líder de los regentes, promovió la idea de que un Estado sin una autoridad centralizada era más beneficioso que una monarquía. La República ya no obedecía a los cánones de las monarquías. La vulnerabilidad de esta diferencia propició que el rey Luis XIV anexara tierras de la república y socavara sus defensas diplomáticas, procediendo a invadirla, acompañado por ingleses y bávaros. Esto fue denominado el año del desastre de 1672 o Rampjaar, y significó pánico, masacres y desolación para los ciudadanos holandeses.

Buscando un chivo expiatorio para el desastre, en un clima de indignación y terror, se produce una emboscada al hermano de Johan de Witt, Cornelius, en La Haya. En 1672, Johan y Cornelius de Witt fueron linchados, asesinados y horriblemente canibalizados. El simbolismo de esas mutilaciones fue equiparado con la mutilación de la República. Los De Witt fueron desollados y en parte comidos por la muchedumbre.

El Rampjaar o año de la vergüenza nacional, se sintetiza en un dicho popular que se transforma en una ecuación del desastre al mismo tiempo que en un acertijo:
HET VOLK REDELOOS, DE REGERING RADELOOS EN HET LAND REDDELOOS: UN PUEBLO IRRACIONAL, UN GOBIERNO DESESPERADO Y UN PAÍS SIN POSIBILIDAD DE RESCATE.