La obra confronta las ideas de utopía y distopía en la historia reciente de América Latina a través de las muertes “sospechosas” de 5 presidentes Latinoamericanos que siguen siendo investigadas:

– João Goulart, presidente de Brasil, derrocado en Golpe de Estado en 1964 y muerto por Operación Cóndor en 1976.

– Salvador Allende de Chile, presidente derrocado en Golpe de estado en 1973, muerto en el mismo Golpe, cuya muerte es investigada hasta hoy.

– Juan José Torres, presidente de Bolivia derrocado en 1971, muerto en Buenos Aires por Operación Cóndor en 1976.

– Jaime Roldós, presidente de Ecuador muerto en accidente aéreo, investigado hoy bajo sospecha de atentado.

– Omar Torrijos, presidente de Panamá muerto en accidente aéreo. Los documentos de la investigación de su muerte fueron robados y desaparecieron en 1989.

Cada uno de ellos representaron opciones políticas y económicas que se enfrentaron a los intereses de EUA en la región: socialismo, autonomías, cobre, petróleo y el Canal de Panamá son algunos de los temas de conflicto con respecto a la administración y discursos ideológicos de estos intereses.

La obra está compuesta por un objeto escultórico y una serie de imágenes. El primero es una caja de bronce en la cual se confrontan 3 elementos: sonidos de los discursos políticos de estos presidentes, imágenes grabadas de sus retratos oficiales e imágenes de sus muertes trágicas con fechas y cargos, además de un dossier de archivos desclasificados sobre la política de EUA con respecto a estos países, algunos arduamente censurados. Los 3 elementos de la caja que se confrontan entre sí, la utopía de los discursos, la distopía de los archivos y las muertes no esclarecidas, son piezas de nuestra historia que no terminan de encajar.

La serie de imágenes está compuesta por 5 pinturas dispuestas perpendicularmente al muro y muestran el momento de traslado de los restos o los funerales masivos con los que los ciudadanos de estos países responden a la conmoción que producen estas muertes, lo que se refleja hasta hoy en las investigaciones que se llevan a cabo para esclarecerlas. El shock y la conmoción de estos hechos tienen impactos en nuestras sociedades. Dado que se trata de muertes que aún no han sido resueltas, las pinturas tienen una doble imagen: el derecho es una imagen turbia, apenas a foco que no permite distinguirlas; el revés presenta la imagen de shock de los funerales o muertes como una imagen que persiste en nuestras historias hasta hoy, como el olvido y el recuerdo, parte de los ejercicios de la memoria.