Una serie de documentos secretos se filtraron al público a mitad de la década de los 90, revelaban la existencia de ejércitos secretos, implementados por la CIA y la OTAN para evitar a toda costa el avance de la izquierda en la Europa de post-guerra. Los ejércitos Stay-behind involucran a la mayoría de los países europeos, creando una conexión histórica entre las SS Nazis, particularmente la GESTAPO, la CIA y la OTAN, involucradas en atentados de falsa bandera para producir terror. El caso de la Operación Gladio (1956), cuyas bases fueron reveladas por el primer ministro italiano Giulio Andreotti, en 1990, es emblemático para comprender el devenir de la post-guerra en Europa. ‘Gladio’ es el nombre de las operaciones de inteligencia en Italia, pero llegó a ser el nombre de toda la red de centros de inteligencia en Europa Occidental, conocidas también como los ejércitos Stay-behind.

En 1972, tras el atentado de Peteano, se sugirió que las Brigadas Rojas –de corte de extrema izquierda– habían actuado. Doce años después, el juez Felice Casson, al reabrir el caso, descubrió una red del servicio secreto militar italiano (Gladio) que se vinculaba con el terrorista de derecha, Vincenzo Vinciguerra. El servicio secreto suministraba a los terroristas de derecha explosivos para llevar a cabo atentados contra la población italiana, en varias ciudades incluyendo las sospechas del actuar de la inteligencia occidental en el asesinato de Aldo Moro (1978).

La comisión del parlamento italiano en 1990, investigó Gladio y los atentados perpetrados en su país y concluyó: “Aquellas matanzas, aquellas bombas, aquellas operaciones militares fueron organizadas, instigadas o apoyadas por personas que trabajan para las instituciones italianas y, como se descubrió más recientemente, por individuos vinculados a las estructuras de la inteligencia estadounidense”.