En Viena en 1848, tras la instauración de una constitución de corte republicano, un motín permitió a los liberales conseguir la elección de una Asamblea Constituyente. En el mismo período se emitió la reducción drástica en los salarios de las trabajadoras mujeres del sector público, causando manifestaciones donde murieron 18 personas, 282 resultaron heridas. A raíz de esto, la baronesa Karoline von Perin fundó la Primera Asociación de Mujeres Democráticas de Viena.

La asociación organizó una manifestación frente al Reichstag en octubre de ese año, a la que asistieron 300 mujeres, quienes -con mil firmas de apoyo- querían convocar a un plebiscito por los derechos laborales femeninos, más igualdad y educación. La petición y asociación de las mujeres fue descartada por ser considerada una empresa ridícula y fue atacada públicamente a través de panfletos y caricaturas en la prensa. La ácida crítica ironizaba con la idea del mundo nuevo propuesto por las mujeres, utilizando caricaturas pornográficas humillantes con escenas de sometimiento sexual y otras
que escenificaban una supuesta venganza femenina hacia los hombres,
tanto en el ámbito público como privado -familiar e íntimo-, imaginando
un futuro donde las libertades femeninas implicarían un desastre en la sociedad masculina. Por falta de apoyo social, el movimiento fue disuelto. La prescripción de la Asociación Política de Mujeres quedó sellada en la Ley de Asociación de 1867. Para las mujeres, la participación política quedó restringida a asociaciones benéficas e infantiles.